Al acariciarte, tocarte, entro en un baile eterno,
que solo termina cuando nuestras respiraciones
dejan de agitarse.
Al abrazarte, rozar tu piel, tu piel.
tu piel son petalos de flores con un aroma extasiante,
un aroma embriagador, una droga.
Al besarte, sentir tus suaves labios junto a los mios,
vuelo, vuelo tan alto, que las nubes se ven pequeñisimas,
sí, tus suaves labios, al sentirlos
Al sentirte
Al dejar de besarte
Al dejar de bailar.
Muero.
Para luego revivirme día a día con tu dulce mirada,
con tu sonrisa y sobre todo, con el hecho de saber
que volveré a bailar esa danza infinita.
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